lunes, 29 de abril de 2013

Londreando por Londres.

Ey, muy buenas a todos, esta semana voy a escribir un resumen de mi viaje a Londres.
Todo empezó una bonita mañana a las 5, que ya hay que tener ganas de levantarse a esa hora, pero no tenía otro remedio. Bueno, pues lo preparé todo y la maleta me pesaba 19,5 kg exactos (el límite es 20).. Sí, vivo al límite. En el avión lo pasé muy bien, porque me imaginaba que fallaban los motores y eso tenía que estar chulísimo, lo malo es al caer. Luego es curioso que el aeropuerto de Londres esté a dos horas de Londres pero bueno. Al llegar al hotel me pregunté: ¿y esta chabola es el hotel?. Prefería dormir debajo de un puente con unos cartones, pero luego descubrí que había wifi y fui feliz. Las habitaciones eran del tamaño de mi cuarto de baño, las literas estaban rotas, las paredes tenían grietas, el colchón tenía una sospechosa mancha roja... Lo peor fue cuando vi entrar por la ventana una araña, esas ventanas no se volvieron a abrir a pesar de los gases de algunos por las noches. De los baños mejor ni hablar, eran públicos, con eso lo digo todo. Las duchas eran de medio metro cuadrado. Y luego había que pasearse por el hotel desnudo, con una toalla para no dañar la vista a nadie.
Menos mal que mi madre me metió en la maleta pan bimbo, chorizo, salchichon, queso, jamón york, jamón... porque la comida del hotel era un poco (mucho) asquerosa. La mujer me decía que si quería ensalada, y le decía que si, y aquello que me daba parecía cualquier cosa menos ensalada. Por suerte había cuatro patatas fritas, esa fue mi cena.
Pero bueno, a pesar de todas esas condiciones me lo pasé muy bien, porque con los amigos cualquier sitio es divertido, incluso aquella pocilga.
Volvimos muy cansados porque el guía tenía pinta de atleta profesional y parecía que quería que viéramos Londres entero en cinco minutos. Ah, el ascensor era más lento que un desfile de caracoles. Lo llamabas, te dabas una ducha, comías, te dormías un rato, y cuando volvías a lo mejor ya había venido. Entonces había que ir por las escaleras, la gracia es que yo estaba en un quinto piso. Asi que imagínate cómo volvimos, y como soy tan listo, al día siguiente me fui a jugar a fútbol. Hice más deporte en una semana que un año en el gimnasio.
Y bueno, esa es mi historia de mi experiencia por el extranjero. Espero que os haya gustado, y si no os a gustado es porque no comprendéis mi arte escribiendo cosas.

2 comentarios:

  1. Pacooo muy bien me ha encantado y me he reído mucho con tu anécdota enhorabuena ! :D

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  2. Paco , que cosa mas graciosa. Me ha gustado mucho.

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