miércoles, 22 de mayo de 2013

Mi hermana pequeña

Mi hermana tiene trece años y está en 1°ESO. Su cara es redonda, encima de sus ojos marrones y un poco achinados habitan sus oscuras cejas. En la terminación de la ceja derecha tiene una pequeña cicatriz en la que los pelos no crecen, debido a una caída que tuvo jugando hace seis años. Su nariz se asemeja bastante a la de campanilla, debajo de ella están sus labios. El labio inferior es más carnoso que el superior, su pelo es largo con un liso impresionante y de color castaño muy oscuro acercándose al tono negro con el que me gustaría haber nacido.
En mis diecisiete años de vida no recuerdo habérselo visto hinchado o encrespado... incluso después de lavárselo no tiene la necesidad de peinarlo.

Al estar apuntada en atletismo desde hace dos años ha conseguido mantenerse en una figura perfecta y poder comer cualquier cosa a cualquier hora sin perjudicar su imagen física.
Con los entrenamientos que realiza todos los días una hora y media, se le están empezando a marcar pequeños abdominales. Obviamente después de largas horas corriendo y sufridas competiciones en infinidad de pueblos con el tiempo muchas veces en su contra, ha logrado tener unas piernas dignas de envidiar.

Si con tan sólo trece años ha conseguido este estupendo tipo, no me quiero imaginar cuando tenga mi edad, le lloverán los pretendientes.
Pero no todo en esta vida es la imagen, como toda personas mi hermana tiene una personalidad y la verdad, es que para lo jóven que es, es muy espavilada y sabe que actitud debe tomar en cada momento.

No es muy dada a compartir sus pensamientos, sentimientos ni opiniones con los amigos, tampoco le gusta darles confianza debido a que yo en ocasiones le cuento mis propias experiencias y las decepciones que me he llevado por intentar ayudar a los que hace mucho eran mis amigos.

Para que no tenga que pasar por los malos tragos que pasé yo, siempre le digo:

-Tú, a tus amistades, las confianzas sólo las mínimas.
-¿Por qué?. Me preguntó.
-Porque, si eres muy cariñosa con la gente y encima siempre te ven sonriendo y contenta, lo único que van a pensar es que eres fácil de manipular. Todos siempre, empiezan contandote sus problemas y penas con el único propósito de que se los soluciones.
-Pero no es malo ayudar a tus amigos. Me dijo.
-Claro que no es malo, pero también tienes que saber hasta que punto los vas a ayudar y sobre todo a quién le vas ha hacer el favor.

Imagínate que vas con todas las buenas intenciones del mundo a darle tu apoyo y consejos a un amigo que está pasando por una situación dificil. Dicha persona sigue tus consejos... al día siguiente viene y te reclama, porque las cosas no salieron como a el/ella le habría gustado.

-¿Crees qué es justo o fue tu culpa?.
-No, la verdad no lo veo justo.
-Claro que no es justo ni siquiera fue tu culpa. Tú en su momento le brindaste tu apoyo y por si fuera poco le aconsejaste. Ya si dicho consejo lo lleva a cabo o no es su problema. ¿Acaso crees que te daría las gracias por algo?.
-No, no lo creo...
-Claro que no, esta persona estaría tan pendiente de su problema que no se detendría a pensar que ahí tuvo una amiga que le brindó su apoyo. Para que veas lo agradecida que es la gente. Piensalo así ¿crees que ellos harían lo mismo por ti?.
-La verdad es que no...
-En lo único que te tienes que centrar ahora mismo es en estudiar y los problemas de los demás que no te afecten ni intentes meterte aunque te lo pidan, así nunca tendrán la oportunidad de echarte nada en cara.
Debes de estar pendiente de todo lo que tenga que ver contigo, ya que si en esta vida no se es un poco egoísta van a hacer contigo lo que ellos quieran.-

En esta edad tan mala (13-17 años) creemos que salir y pasarlo bien con las amistades es lo más importante, y la mayoría de nosotros cometemos el error de dejar a un lado la familia.
Un amigo es imposible que te dure casi toda la vida porque la mayoría de los adolescentes cambiamos mucho al entrar en la ESO unos para bien y otros para mal.
En cambio la familia siempre va a estar ahí acompañándote en lo bueno y en lo malo y procurando siempre nuestro bien estar.

Algo que me gusta bastante de mi hermana es que, todas sus cosas y todo lo que le sucede se lo comenta a mi madre, sea bueno o malo. Es precioso que madre e hija se traten como amigas y hablen entre ellas de todo lo transcurrido en un día...aparte, que las palabras de una madre no se pueden comparar con ninguna otra. Esa, desde mi punto de vista es la relación más bonita e inalterable que puede llegar a existir entre dos personas.

Y esta es mi hermana pequeña, una chica sana, guapa, demasiado dormilona, espavilada y lo bastante inteligente para seguir los consejos de su hermana mayor.
Sólo tiene trece años y a las dos nos queda muchísimo que aprender de esta vida, pero si le puedo ahorrar unas cuentas decepciones que seguramente se llevará... ¿por qué no hacerlo?.

Sólo espero ser un buen ejemplo para ella y que por medio de mis palabras vaya por buen camino, con los ojos bien abiertos y que en un futuro sea una mujer hecha y derecha. Es lo que toda hermana mayor quiere.

Espero que os haya gustado, y que lo mencionado de la familia y las amistades os haga reflexionar, porque sólo se vive una vez y más vale hacerlo bien y con las personas adecuadas.

Recordar; "De una madre, sorpresas nunca te llevarás. En cambio de un amigo a miles las tendrás" (By: Roberta Tervydyte.)

Aquí os dejo una de las muchas fotos que nos hicimos para su album de comunión. Un saludo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario